Como especialista de pareja, y tras escuchar historias de amor y des-amor, me recuerda a mi maestra Carmen Campo, quien solía describir las relaciones en presencia u ausencia de patología; también, me recuerda a mi maestro Juan Luis Linares quien definía la conyugalidad en una metáfora guía para realizar diagnósticos relacionales, en función de las funciones nutricias y sociabilizantes, sin dejar de lado, la intromisión o no de los hijos o familia de origen, en esa pareja.
Al trabajar con pareja y reformar la disfuncionalidad de la relación, con un bagaje de procedimientos terapéuticos, surge el baile como un simbolismo de amor y de reencuentro, y es este el caso que hoy resalta en RESEARCHGATE y que comparto con ustedes: