E l haberme formado como “Workplayer” en Newcastle, he incorporado el juego en los procesos psicoterapéuticos con niños, niñas y adolescentes: el juego es esencial para el desarrollo porque contribuye al bienestar cognitivo, físico, social y emocional, a la vez que ofrece una oportunidad ideal para que los padres se involucren plenamente con sus hijos. Ya es de todos y todas conocido que el tiempo de juego libre se ha reducido notablemente para algunos menores, sustituyendo por la tecnología, y como me lo ha afirmado una madre, por “la chupeta electrónica”. La vida apresurada ha limitado este espacio y como defensora de los niños y las niñas en este espacio denominado Taller con Familias, se desarrollaron estrategias lúdicas en presencia de la familia. Centro Infantil de la UCR Sede de Guanacaste.