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El poder transformador de la Psicoterapia

El poder transformador de la Psicoterapia

El dibujo que presenta la artista gráfica Elizabeth Justicia, a través de «Dominga habla sola», es una viñeta simple pero profunda, nos muestra a una mujer mayor entrando a una consulta de Psicoterapia con un cúmulo desordenado de líneas en sus manos y saliendo luego con una expresión de alivio y tranquilidad. Este gráfico, aunque de apariencia sencilla, me transmite una reflexión poderosa sobre los efectos del proceso psicoterapéutico. Y así, pienso sobre los beneficios de la Psicoterapia, utilizando el mensaje visual de este dibujo como punto de partida:

La Psicoterapia, a menudo reducida a estigmas o malentendidos, es un proceso profundo que va mucho más allá de «hablar de los problemas». El impacto positivo de la Psicoterapia me lo hace pensar cuando veo el dibujo de «Dominga habla sola», donde una mujer mayor entra en una sesión con un caos interno (representado por una maraña de líneas) y sale ligera, más en paz consigo misma.

La mujer lleva un «nudo» en sus manos al entrar a la sesión de Psicoterapia, es un peso invisible de su caos emocional representado por ese desorden de pensamientos en el nudo, son angustias no resueltas y las tensiones acumuladas que, aunque invisibles para los demás, pesan en el bienestar emocional. Cada uno de nosotros, en algún momento de la vida, ha sentido este peso, que desde una Perspectiva Sistémica, estas tensiones no solo afectan a la persona individualmente, sino que tienen un impacto en el sistema de relaciones en el que está inserta: familia, amigos, compañeros de trabajo, entre otros. La Teoría Sistémica sostiene que los problemas individuales son síntomas de desequilibrios o tensiones dentro del sistema familiar o relacional (Minuchin, 2009), que puede ser fruto de experiencias traumáticas, preocupaciones cotidianas o problemas no resueltos. La carga emocional nos afecta en nuestra vida diaria: en nuestras relaciones, en nuestra capacidad para disfrutar y en nuestra forma de ver el mundo. La Psicoterapia ofrece un espacio seguro para empezar a desatar estos nudos emocionales.

En este sentido, el malestar emocional que la mujer en el dibujo lleva consigo probablemente no es solo suyo, sino que está influenciado por sus relaciones, su historia de vida y los patrones de interacción que ha experimentado. Desde esta perspectiva, su caos interno no es algo aislado, sino que puede entenderse como una manifestación de dinámicas relacionales complejas que necesitan ser exploradas y comprendidas en Psicoterapia.

La viñeta, al mostrar a la mujer saliendo de la consulta sin el nudo que llevaba al entrar, evoca al acto de hablar en Psicoterapia, de compartir lo que a menudo mantenemos oculto, permite organizar los pensamientos y las emociones. Como señalan estudios psicológicos, hablar de nuestras experiencias en un entorno seguro y validante, como el de una consulta de Psicoterapia, ayuda a reducir el estrés emocional y a generar cambios en la perspectiva que tenemos sobre nuestras dificultades (Pennebaker, 1997). La Psicoterapia facilita que una persona no solo «hable», sino que también se escuche, escuche, entienda sus propios pensamientos y emociones desde un lugar de mayor claridad y comprensión. La Psicoterapia es una especialidad de la Psicología y se requieren cuatro años de formación en una Maestría.

Un Psicoterapeuta calificado reconoce que no basta con liberar el malestar individual, sino que es necesario examinar cómo este está conectado con las relaciones y los roles que la persona desempeña en su entorno. La Psicoterapia Sistémica se enfoca en cambiar las interacciones y patrones dentro de los sistemas relacionales en los que la persona está inmersa (Nichols, 2009). Esto significa que, para deshacer los nudos emocionales, la persona debe reflexionar sobre cómo se conecta con los demás y cómo sus relaciones influyen en su estado emocional.

En el proceso terapéutico, la Psicoterapeuta Sistémica no solo trabaja con la persona individual, sino que a menudo reflexiona con su paciente sobre la dinámica relacional que ha establecido o establece con otros miembros del sistema, como la familia o la pareja, para ayudar a reconfigurar las dinámicas disfuncionales que están contribuyendo al malestar. Así, en lugar de simplemente aliviar los síntomas, la Psicoterapia Sistémica aborda las causas subyacentes a nivel relacional, lo que lleva a cambios más profundos y sostenibles.

Lo que diferencia la Psicoterapia de una conversación común es la guía experta de la Psicoterapeuta, que actúa como un catalizador para la reflexión y el asumir la responsabilidad de sí mismo como persona, de su comprensión interna de los propios sentimientos, de la capacidad de ver y comprender los patrones relacionales en los que la persona está inmersa. El proceso, es un trabajo conjunto de reflexión, la Psicoterapeuta Sistémica ayuda a la persona a identificar los ciclos de interacción repetitivos que convocan su desazón, a observar patrones en su forma de pensar y comportarse que pueden estar perpetuando su malestar tanto en su vida actual como en su historia familiar.  Esto permite que la persona no solo «deje» su caos en la consulta, sino que lo comprenda en el contexto de sus relaciones, lo que facilita cambios tanto en su vida interna como en sus conexiones con los demás. En este sentido, la mujer en la viñeta no simplemente «deja» su caos en la consulta, sino que en el proceso, aprende a comprenderlo y luego a deshacerlo. Esa capacidad de ver una situación desde una nueva perspectiva, es clave en la Psicoterapia y lleva a cambios duraderos en la manera en que las personas manejan sus desafíos emocionales.

El alivio emocional que sigue a una sesión exitosa de Psicoterapia está simbolizado en el dibujo por la expresión relajada y sonriente de la mujer al salir de la consulta. Como han mostrado estudios en el ámbito de la Psicología Clínica, la Psicoterapia puede reducir significativamente los síntomas de ansiedad, depresión y estrés, y mejorar el bienestar general (APA, 2012);  ayuda a manejar el malestar actual y equipa a las personas con herramientas para enfrentar futuros desafíos de manera más saludable.  Desde el Enfoque Sistémico, este alivio no solo es el resultado de haber trabajado sus propios sentimientos, sino de haber entendido cómo sus relaciones y patrones interactivos están conectados con su malestar. La Psicoterapia Sistémica no se centra únicamente en el individuo, sino que entiende el alivio como un proceso que implica a todo el sistema relacional.

Como señalan investigaciones en el campo de la Psicología Sistémica, la Psicoterapia enfocada en los sistemas familiares y relacionales puede ser altamente efectiva para tratar una variedad de problemas, incluyendo esquizofrenia, trastornos de alimentación, trastornos de ansiedad, trastornos de la niñez y la adolescencia, depresión y conflictos familiares y de pareja (Bowen, 1989). Esto es porque no solo se aborda el malestar interno, sino que también se reconfiguran las relaciones y patrones disfuncionales que contribuyen al sufrimiento emocional.

En conclusión, la Psicoterapia se convierte en un viaje emocional acompañada de una experta, y así como el dibujo de «Dominga habla sola» capturada en una imagen que me ha hecho reflexionar de lo que hago y cómo “deshacemos” en Psicoterapia los nudos existenciales, y lo que muchas personas describen como la experiencia de la Psicoterapia: un espacio para desenmarañar el caos interno y salir más ligero, más centrado y en paz consigo mismo. Este proceso, aunque a veces desafiante y doloroso, es esencial para alcanzar un bienestar emocional duradero. En un mundo que a menudo subestima la importancia de la salud mental, es vital reconocer que la Psicoterapia no solo ayuda a «hablar», sino a sanar, a reordenar el caos y a vivir una vida más plena. Desde el Enfoque Sistémico, este proceso no solo implica al individuo, sino que también toca las dinámicas relacionales en las que está inmerso. Al trabajar en estos niveles, la Psicoterapia ofrece una transformación más profunda y duradera, ayudando a las personas a vivir en mayor armonía consigo mismas y con los demás.

Referencias:

  • American Psychological Association (APA). (2012). Recognition of psychotherapy effectiveness. American Psychologist, 67(2), 118-133.
  • Bowen, M. (1989). La terapia familiar en la práctica clínica. Bilbao: Desclée de Brouwer
  • Minuchin, S. (2009). Familias y Terapia Familiar. (2a. ed.). España: Gedisa.
  • Nichols, M. P. (2009). The Essentials of Family Therapy. Pearson.
  • Pennebaker, J. W. (1997). Writing about emotional experiences as a therapeutic process. Psychological Science, 8(3), 162-166.

Dra. Sylvia Sánchez Oller, Ph.D.

Clínica de Terapia
Familiar, Pareja  e Infanto-Juvenil

 

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